LOS MALISIMOS DE BUSH ATACAN HAITI CON UNA MAQUINA DE TERREMOTOS DE TESLA(HAARP)
(Por benjaminfulford)
El reciente terremoto en Haití fue causado por una máquina de terremotos elaborada con la ayuda de la tecnología desarrollada por Nicola Tesla, de acuerdo con el MI6. La máquina terremoto no es el HAARP como he sugerido anteriormente, sino más bien algún tipo de artefacto nuclear, según esta fuente y una otra fuente de la CIA. La fuente de la CIA dice que una expedición enviada al epicentro del terremoto de Indonesia que provocó el gran tsunami, encontraron el epicentro totalmente sin vida un año más tarde, algo que sólo podía explicarse por la radiación. “Las compañías petroliferas ganaron una guerra alli, y tienen derechos sobre el petróleo en esa región, y sobre eso nadie se enteró,” dice la fuente de la CIA.
En confirmación de estas observaciones, los documentos recientemente desclasificados muestran que el gobierno de EE.UU. planeaba atacar a Japón con un tsunami a finales de la 2 ª Guerra Mundial mediante la creación de una gran explosión a lo largo de una zona de falla bajo el agua.
El ataque a Haití fue una respuesta de Bush / facción nazi, despues de los actuales cortes de sus activos financieros, según las fuentes.
El ataque provoco cortes de los cables submarinos, y evit’o la transferencia de grandes sumas de dinero a los bancos centrales de América del Sur.
Además, el ataque fue una advertencia por la facción nazi diciendo: “Si nos aprietan demasiado, empezaremos a matar a mucha gente.”
Estos criminales deben ser castigados por estos actos de maldad.
Varias fuentes están diciendo también que un nuevo incidente de tipo 9/11 es cada vez más probable, por los plazos ultimos financieros acercandose para la Reserva Federal. Una fecha importante se espera a finales de este mes.
Las fuentes también dicen que el sindicato de la Reserva Federal vendio a China la tecnología de defensa anti- misil anunciado recientemente por China. Estos traidores a los EE.UU. estan seguramente vendiendo tambien otros tipos de tecnología secreta a China en un intento desesperado para mantenerse a sí mismos fuera de la quiebra bancaria.
Mientras tanto, dos fuentes que aseguran tener conexiones con el Comando Espacial del Pentágono afirman que habrá divulgación sobre vide extraterrestre próximamente. Dado que hay muchas evidencias de que los nazis planearon una invasión extraterrestre falsa, estos “anuncios” (si es que realmente se haran) tendran que ser examinados con mucho cuidado y con escepticismo.
En Japón, mientras tanto, una decisión ha sido tomada por el gobierno secreto para poner al corredor de poder en la cárcel, Ichiro Ozawa, con el fin de evitar la formación suya de una dictadura.
Los eventos se estan escalando, y se prevé una gran confusión mientras que el gobierno antiguo secreto pasa a través de su agonía de muerte final.
http://benjaminfulford.typepad.com/
TERREMOTO EN HAITI CAUSADO POR LA HAARP
(Por judith79)
El Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia HAARP de la Fuerza Aérea norteamericana tiene su base en Gakona Alaska donde tiene 180 antenas que funcionando en conjunto y que emiten 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los electrojets aureales.
Antes de continuar debemos recordar que la Terra se encuentra envuelta y protegida por la atmósfera quese ha dividido para su estudio en 3 capas:
1. Troposfera se extiende desde la superficie terrestre hasta unos 16 km de altura.
2. Estratosfera, con su capa de ozono, se sitúa entre los 16 y 48 km de altura.
3. Ionosfera mas allá de los 48 km tenemos laque llega hasta los 350 km de altura.
Después de la Ionosfera se encuentran los cinturones de Van Allen se sitúan a distancias superiores y tienden a captar las partículas energéticas que tratan de irrumpir en la tierra desde el espacio exterior.
Los pulsos emitidos artificialmente por HAARP estimulan a la ionosfera creando ondas que pueden recorrer grandes distancias a través de la atmósfera inferior y penetran dentro de la Tierra para encontrar depósitos de mísiles, túneles subterráneos, comunicarse con submarinos sumergidos, encontrar ruinas arqueologicas entre mucha otras aplicaciones.
Existe un campo eléctrico flotando la Tierra llamado Electrojet Aureal y al depositar energía en ella se cambia el medio, cambiando la corriente y generando ondas LF (Low Frecuency) y VLF (Very Low Frecuency).
HAARP al enviar haces de radiofrecuencia dentro de la ionosfera afecta al campo eléctrico terrestere (electrojet aureal) afectando al clima global, las comunicaciones por cables telefónicos y eléctricos, la interrupción de suministros eléctricos, producir terremotos e incluso alteraciones en el estado mental del ser humano para forzar al pais o a la persona en cuestión a acatar los dictados politicos y economicos de los dueños de esta arma de destrucción masiva (lease USA).
Se tiene datos para establecer que el terremoto en Sichuan China el 12 de mayo de 2008 con una magnitud de 7.8 Richter fué creadotambién por la radiofrecuencia del HAARP para tratar de combatir el poder económico chinoy someterlo a USA.
Al existir una correlación entre la actividad sísmica y la Ionosfera, mediante el control de la Radiofrecuencia inducida por Hipocampos, en el marco de HAARP, lo anterior con base a:
1. En los terremotos en los que la profundidad es linealmente idéntica en la misma falla, se producen por proyección lineal de frecuencias inducidas.
2. La configuración de satélites permite generar proyecciones
concentradas de frecuencias en puntos determinados (Hipocampos).
3- Han elaborado un diagrama de sucesion lineal respecto de los terremotos denunciados en que casualmente se produjeron todos a la misma profundidad
Venezuela el 8 de Enero 2010 . Profundidad 10 kms.
Honduras el 11 de Enero 2010. Profundidad 10 kms.
Haití el 12 de Enero 2010 . Profundidad 10 kms.
Resto de Réplicas: Profundidad 10 kms.
Foto de la radiofrecuencia en el cielo de Sichuan China el 12 de mayo de 2008, 10 minutos antes del terremoto. Cada color tiene una longitud de onda diferente y es por eso que la radiofrecuencia del HAARP produce colores en el cielo.
HAITI PASA LA NOCHE ENTRE LLANTOS Y REZOS
(IAR Noticias)
Haití pasó su segunda noche en el infierno tras el terremoto del martes que podría haber matado a decenas de miles de personas. Los llantos y los rezos dominaron la escena en la capital, Puerto Príncipe.
Corresponsales de la BBC en la ciudad aseguran que miles de habitantes pasaron a la intemperie y a oscuras, enfrentando bajas temperaturas y la desolación de tener que dormir junto a sus seres queridos muertos.
El miedo, por las continuas réplicas, y la soledad se hace presente entre los haitianos. Y se ha informado de niños durmiendo entre cadáveres en un hospital.
Las calles, en tanto, permanecen cubiertas de sábanas blancas que ocultan los cuerpos de los fallecidos.
Mientras la ayuda internacional comenzó a llegar en cuentagotas, todavía no se conoce la cifra exacta de muertos. Desde el gobierno se ha hablado de decenas de miles, mientras que la Cruz Roja aseguró que tres millones de personas se podrían haber visto afectadas.
Los intentos de rescate hasta ahora han consistido mayormente en la población local intentando desesperadamente cavar entre los escombros para encontrar sobrevivientes.
Los esfuerzos, explica Matthew Price -enviado especial de la BBC a Haití-, se chocan con el hecho de que este es un país que "apenas puede funcionar, incluso sin un desastre".
"Surrealista"
Nick Davis, otro de los enviados, informa que se escucha a la "gente llorando, elevando oraciones o cantándole al Señor; lo que hace que la situación sea todavía más surrealista".
"Si uno camina por los alrededores es como si hubiera entrado en la filmación de una película de catástrofes. Pero el desastre que afecta a la gente de esta pobre nación es real", describe.
Como si fuera poco, durante la noche corrió el rumor de la llegada de un tsunami, que no hizo más que sumar angustia a una situación ya "desgarradora", como describe Davis.
Otro de los enviados, Andy Gallacher, no tiene "la sensación de que haya comenzado la búsqueda y el rescate coordinados. La ayuda llega gota a gota al aeropuerto, pero la población se siente sola y angustiada".
"Las calles están salpicadas de cadáveres y los hospitales se enfrentan a la escasez de medios", agrega.
Price explica que, contrariamente a lo que se piensa, toda la capital haitiana no está en ruinas, sino que todavía hay varios edificios en pie.
Pero, como en todo desastre natural, se vive en una carrera contra el tiempo.
HAITI,SIN EQUIPOS DE RESCATE
(IAR Noticias)
Decenas de personas duermen a la intemperie en Puerto Príncipe.
"Está muriendo demasiada gente, necesitamos la ayuda internacional".
El país ha quedado "en un estado de casi vacío en la toma de decisiones".
Los médicos de Haití están escasamente equipados para tratar a los heridos.
Los haitianos siguen pasando la noche al raso en los parques de Puerto Príncipe, temerosos de nuevas réplicas del terremoto del pasado martes por la noche y sin que de momento se perciba una operación organizada de rescate de víctimas y superviviventes.
Con los aeropuertos cerrados hasta esta mañana, los equipos de ayuda han tenido que buscar otros caminos para hacer llegar su ayuda a los damnificados. Alimentos, medicamentos, tiendas de campaña y perros adiestrados para la búsqueda de supervivientes entre las ruinas están de camino a Puerto Príncipe. Pero el trayecto es complicado.
Dos días después del terrible movimiento sísmico, Haití sigue prácticamente aislada del resto del mundo. Las torres de control del aeropuerto de Puerto Príncipe resultó muy dañada y los aviones deben aterrizar a ojo.
Las autoridades temen que el seísmo, de magnitud 7,3 grados en la escala de Richter y cuyo epicentro estaba apenas a 15 kilómetros al suroeste de la capital, haya causado decenas de miles de muertos.
Barrios enteros han desaparecido, cientos de edificios públicos se han derrumbado como un castillo de naipes, incluido el palacio presidencial.
La ciudad se ha llenado de cadáveres, algunos atrapados entre los escombros, otros tendidos en las calles y otros remolcados en camiones. Los vecinos de la ciudad intentan rescatar a las personas atrapadas, ya que, de momento, no se percibe ninguna operación organizada para rescatar a las personas que siguen atrapadas entre los escombros o para recuperar los cadáveres, y los médicos de Haití, uno de los países más pobres del hemisferio occidental, están escasamente equipados para tratar a los heridos.
Los graves problemas de infraestructuras, en las comunicaciones y la situación del país más pobre de América hace imposible que la ayuda internacional, volcada con el país caribeño, llegue con la urgencia que necesitan los haitianos. EEUU, China, España, Francia y decenas de países ya han enviado equipos de emergencia, ayuda médica, agua, comida... a las zonas más afectadas por el seísmo.
La distribución de comida en Haití ha empezado a pequeña escala, según representates de Naciones Unidas, que esperan poder hacer llegar víveres a la capital a lo largo de la jornada.
Los supervivientes tienen miedo a regresar a sus destrozadas viviendas y prefieren dormir en los parques, donde las mujeres entonan cantos religiosos tradicionales y rezan por sus muertos.
"Está muriendo demasiada gente, necesitamos la ayuda internacional, no hay servicios de emergencias, ni alimentos, ni teléfono, ni agua, no tenemos nada", declaró un joven a los periodistas.
"La ciudad está muerta"
El presidente del país, Rene Preval, declaró este miércoles a la CNN que el terremoto ha podido causar decenas de miles de muertos. "No lo sé, me han dicho que 50.000, que 30.000". El primer ministro, Jean-Max Bellarive, se atrevió anoche a cifrar en más de 100.000 el número de víctimas mortales.
Según la página de Internet local 'Haiti Press Network', "la ciudad está muerta y una parte de Haití ha quedado destruida".
"Las escuelas se han hundido, cientos de estudiantes están atrapados entre los escombros, se han derrumbado la catedral de Puerto Príncipe, el Palacio Presidencial, las oficinas del Estado".
Asimismo, la emisora local Radio Kiskeya afirmó que "los cadáveres cubren las calles y las morgues no dan abasto para aceptarlos". "Los problemas graves de insalubridad parecen inevitables. Radio Kiskeya también destacó que el terremoto no ha diferenciado por "sexo, edad y condición" y ha causado la muerte o la desaparición de "decenas de personalidades", lo cual ha dejado al país "en un estado de casi vacío en la toma de decisiones".
Al respecto, recordó que entre los muertos o desaparecidos figuran el jefe de la misión de la ONU (MINUSTAH), Hedi Anabi; su 'número dos', Luis Dacosta; el arzobispo de la ciudad, Serge Miot; el decano del Tribunal Civil, el juez Roc Cadet; dos senadores y dos directores generales, entre otros.
MIENTRAS LAS REDES SOCIALES SE MOVILIZAN, LA POTENCIAS Y SUS INSTITUCIONES ESTUDIAN LA AYUDALAS
(IAR Noticias)
La tragedia haitiana reveló una vez más la exasperante burocracia y lentitud (además de las carencias de planes estratégicos para enfrentar las contingencias catastróficas mundiales) de las potencias y sus instituciones para acudir en auxilio de Haití, un país empobrecido y devastado, cuya reconstrucción y ayuda a los damnificados supera cualquier estimación numérica en la historia de las catástrofes naturales para un solo país. En las antípodas, y mientras la ONU, el Banco Mundial y las otras instituciones de ayuda internacional se demoran en "evaluaciones" y complejas ingenierías de "estimación del daño" (mientras Haití permanece sin agua, sin luz, sin servicios de emergencia y con muertos y vivos sepultados debajo de los escombros), las redes sociales emergen como un actor central de la tragedia mediante un sistema de movilización y búsqueda de ayuda solidaria en tiempo real en la Web.
Por medio de las redes sociales, especialmente de Twitter y Facebook, internautas de todo el mundo se solidarizan, informan o promueven campañas de ayuda para los millones de haitianos que han perdido a sus seres queridos y sus casas, cuya mayoría hoy deambula por las calles sin ayuda oficial.
Los habitantes de Haití que cuentan con acceso a internet, por otra parte, recurren a las redes sociales para informar al segundo sobre los pormenores de la tragedia, con fotos, videos, y testimonios impresionantes vertidos en tiempo real.
En Twitter, red de microblogs, se repiten hasta el infinito los mensajes y enlaces de personas pidiendo todo tipo de ayuda (alimentos, ropa, comida, medicamentos, etc) para los damnificados, entre ellos el cantante Wicleaf Jean, de origen haitiano, quien solicitó a sus fans colaborar con los haitianos y repetir el enlace de las páginas que recaudan fondos vía internet.
También, residentes en EEUU y países europeos con familiares radicados o de paso en Puerto Príncipe, han utilizado Twitter y Facebookk para recabar algún tipo de información o contacto para conocer el estado y el paradero de sus familiares (las comunicaciones están colapsadas en Haití).
En la misma orientación, grupos como EarthQuake Haití y Help Haití Donate Now, en Facebook, cuentan en total con unos cuarenta mil usuarios de todo el mundo que se han unido para donar dinero y para enviar mensajes de aliento al pueblo haitiano.
Sin prisa: Las víctimas pueden esperar
Mientras tanto, y en las antípodas, los líderes mundiales, las potencias y sus instituciones, se demoran en demagógicas "solidaridades discursivas" o en burocracias confusas que retardan la ayuda efectiva que los más de tres millones de haitianos afectados reclaman para su supervivencia inmediata.
A esto se agrega la ausencia de planes estratégicos para enfrentar la catástrofe, la falta de información y la confusión, que impiden una coordinación internacional efectiva para el rescate y la ayuda humanitaria en el teatro de la tragedia.
Hasta ahora, la catástrofe haitiana solo motivó burocráticas reuniones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad para "analizar" la situación haitiana, sin que las potencias se pongan de acuerdo para organizar en forma conjunta la ayuda material y de recursos humanos que requiere Haití convertido en un cementerio de escombros.
La ONU, hasta ahora, solo fue el centro de una "cadena" de conferencias de prensa por parte del propio secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y de los responsables de departamentos vinculados a la asistencia y el socorro en caso de desastres, que todavía no pudieron confeccionar un plan de acción concreta en auxilio de las víctimas.
"Todos los encuentros con los periodistas estuvieron marcados por una implacable falta de información concreta sobre la real dimensión del desastre", señala Prensa Latina.
Demagogia de catástrofe
En medio de la tragedia multitudinaria tampoco faltó el show demagógico de los líderes mundiales "solidarizándose" con el país devastado.
El secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, el papa Benedicto XVI, el presidente estadounidense Barack Obama, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el francés Nicolas Sarkozy (entre otros) expresaron el miércoles su solidaridad con el pueblo haitiano, conmovidos por la tragedia, pero sin que trasunten planes efectivos para ir en su ayuda.
"Apelo a la generosidad de todos, para que estos hermanos y hermanas que viven momentos de necesidad y dolor no estén faltos de nuestra solidaridad concreta", dijo el Papa al finalizar su audiencia semanal en el Vaticano.
"Mis pensamientos y oraciones están con los que han sido afectados por este terremoto. Supervisamos la situación y estamos listos para ayudar al pueblo de Haití", dijo Barack Obama, el presidente de la primera potencial mundial.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se declaró "muy preocupado", y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó su "profunda emoción" y su solidaridad con los haitianos.
El presidente sudafricano Jacob Zuma también transmitió "su simpatía y su pésame" a los haitianos "afectados por el sismo", en un comunicado de la presidencia.
Canadá está "profundamente preocupada" y dispuesta a actuar tras el potente terremoto de magnitud 7 que sacudió a Haití, dijo el martes el jefe de la diplomacia canadiense.
Olvidado de la obligación de las potencias y de sus bancos a proporcionar ayuda internacional, el ex presidente estadounidense y enviado especial de la ONU para Haití, Bill Clinton, hizo un llamado a las donaciones privadas de "incluso 1 o 2 dólares" para paliar la situación de emergencia que viven más de tres millones de haitianos.
"Mucha gente aquí y en el mundo quiere ayudar a la población haitiana. Necesitamos agua, comida, refugios y primeros auxilios, lo más urgente que pueden hacer es enviar dinero, incluso 1 o 2 dólares", dijo Clinton, que intervino junto al secretario Ban en la tribuna de la Asamblea General de ONU.
Los bancos "estudian" la situación
Los bancos internacionales de "desarrollo social" también se pierden en imprecisiones y en generalidades a la hora de determinar y ejecutar la ayuda.
Sin coordinar una acción conjunta inmediata ante la emergencia, los poderosos bancos mundiales de desarrollo instaron a una "urgente respuesta internacional" (como si fueran internautas de las redes sociales) para ayudar a reconstruir Haití y anunciaron que redirigirán fondos de proyectos existentes para esfuerzos de recuperación y reconstrucción.
El Banco Mundial (BM) dijo que proporcionará 100 millones de dólares (una cifra absurda teniendo en cuenta la magnitud multimillonaria de los daños y las necesidades) en asistencia para Haití, señalando que "estudia" crear un fondo especial para que los donantes coordinen la entrega de ayuda.
La directora del banco para el área caribeña, Yvonne Tsikata, dijo que la entidad enviará en breve un equipo a Haití con otras agencias de la ONU para ayudar al Gobierno a "evaluar la magnitud del daño" causada por el terremoto que causó decenas de miles de muertos y afectó a un cuarto de la población haitiana.
Tsikata dijo que al banco le gustaría "comenzar la evaluación de necesidades lo antes posible", incluso aunque el Gobierno no esté funcionando plenamente.
"Este es un evento impactante y es crucial que la comunidad internacional apoye al pueblo haitiano en este momento crítico", dijo por su parte el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se centra en América Latina y el Caribe, dijo que redirigirá "oportunamente" unos 90 millones de dólares en fondos aún no desembolsados para Haití y espera aprobar hasta 128 millones de dólares en nuevos subsidios para el país este año.
"Nos gustaría ir allí tan pronto como sea posible", señaló.
El organismo hermano del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, dijo que también estaba listo para proporcionar ayuda a Haití "tan pronto como sea posible".
¿Quién va a salvar a Haití?
En tanto,Haití es un gigantesco cementerio: Cien mil cadáveres y tres millones de personas afectadas.
La capital es muerte. Una parte de Haití es destrucción", señala Haití Press Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haití Press Network como la página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como desolador y dantesco, con "cadáveres abandonados sobre el pavimento".
No hay servicios de emergencia, no hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada, describen los testigos. Según la ONU y la Cruz Roja, de 3 a 3,5 millones de personas, más de un tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el terremoto.
Haití está devastado y colapsado: la infraestructura de su capital está destruida y su población está en estado de pánico. Si no me equivoco: Estamos frente al primer caso testigo de un Apocalipsis en un país mayoritariamente empobrecido y con mayoría de "población sobrante" para el sistema capitalista.
Seguramente Haití va a demostrar lo que ya sabemos (y está probado por la historia): El sistema capitalista, EEUU y las potencias, retacean recursos económicos para aplicarlos en "poblaciones sobrantes" que no generan rentabilidad comercial a sus bancos y trasnacionales.
Haití es masivamente pobre (más del 80% de su población es paupérrima): Su reconstrucción (que implica auxiliar a los millones que perdieron todo) implican miles de millones US$ que no resultan "rentables", no generan retornos para las potencias y empresa capitalistas.
¿Quién va a salvar a Haití: Estamos ante el primer módulo experimental de cómo va a reaccionar el sistema ante los Apocalipsis que se avecinan.
En Twitter, red de microblogs, se repiten hasta el infinito los mensajes y enlaces de personas pidiendo todo tipo de ayuda (alimentos, ropa, comida, medicamentos, etc) para los damnificados, entre ellos el cantante Wicleaf Jean, de origen haitiano, quien solicitó a sus fans colaborar con los haitianos y repetir el enlace de las páginas que recaudan fondos vía internet.
También, residentes en EEUU y países europeos con familiares radicados o de paso en Puerto Príncipe, han utilizado Twitter y Facebookk para recabar algún tipo de información o contacto para conocer el estado y el paradero de sus familiares (las comunicaciones están colapsadas en Haití).
En la misma orientación, grupos como EarthQuake Haití y Help Haití Donate Now, en Facebook, cuentan en total con unos cuarenta mil usuarios de todo el mundo que se han unido para donar dinero y para enviar mensajes de aliento al pueblo haitiano.
Sin prisa: Las víctimas pueden esperar
Mientras tanto, y en las antípodas, los líderes mundiales, las potencias y sus instituciones, se demoran en demagógicas "solidaridades discursivas" o en burocracias confusas que retardan la ayuda efectiva que los más de tres millones de haitianos afectados reclaman para su supervivencia inmediata.
A esto se agrega la ausencia de planes estratégicos para enfrentar la catástrofe, la falta de información y la confusión, que impiden una coordinación internacional efectiva para el rescate y la ayuda humanitaria en el teatro de la tragedia.
Hasta ahora, la catástrofe haitiana solo motivó burocráticas reuniones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad para "analizar" la situación haitiana, sin que las potencias se pongan de acuerdo para organizar en forma conjunta la ayuda material y de recursos humanos que requiere Haití convertido en un cementerio de escombros.
La ONU, hasta ahora, solo fue el centro de una "cadena" de conferencias de prensa por parte del propio secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y de los responsables de departamentos vinculados a la asistencia y el socorro en caso de desastres, que todavía no pudieron confeccionar un plan de acción concreta en auxilio de las víctimas.
"Todos los encuentros con los periodistas estuvieron marcados por una implacable falta de información concreta sobre la real dimensión del desastre", señala Prensa Latina.
Demagogia de catástrofe
En medio de la tragedia multitudinaria tampoco faltó el show demagógico de los líderes mundiales "solidarizándose" con el país devastado.
El secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, el papa Benedicto XVI, el presidente estadounidense Barack Obama, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el francés Nicolas Sarkozy (entre otros) expresaron el miércoles su solidaridad con el pueblo haitiano, conmovidos por la tragedia, pero sin que trasunten planes efectivos para ir en su ayuda.
"Apelo a la generosidad de todos, para que estos hermanos y hermanas que viven momentos de necesidad y dolor no estén faltos de nuestra solidaridad concreta", dijo el Papa al finalizar su audiencia semanal en el Vaticano.
"Mis pensamientos y oraciones están con los que han sido afectados por este terremoto. Supervisamos la situación y estamos listos para ayudar al pueblo de Haití", dijo Barack Obama, el presidente de la primera potencial mundial.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se declaró "muy preocupado", y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó su "profunda emoción" y su solidaridad con los haitianos.
El presidente sudafricano Jacob Zuma también transmitió "su simpatía y su pésame" a los haitianos "afectados por el sismo", en un comunicado de la presidencia.
Canadá está "profundamente preocupada" y dispuesta a actuar tras el potente terremoto de magnitud 7 que sacudió a Haití, dijo el martes el jefe de la diplomacia canadiense.
Olvidado de la obligación de las potencias y de sus bancos a proporcionar ayuda internacional, el ex presidente estadounidense y enviado especial de la ONU para Haití, Bill Clinton, hizo un llamado a las donaciones privadas de "incluso 1 o 2 dólares" para paliar la situación de emergencia que viven más de tres millones de haitianos.
"Mucha gente aquí y en el mundo quiere ayudar a la población haitiana. Necesitamos agua, comida, refugios y primeros auxilios, lo más urgente que pueden hacer es enviar dinero, incluso 1 o 2 dólares", dijo Clinton, que intervino junto al secretario Ban en la tribuna de la Asamblea General de ONU.
Los bancos "estudian" la situación
Los bancos internacionales de "desarrollo social" también se pierden en imprecisiones y en generalidades a la hora de determinar y ejecutar la ayuda.
Sin coordinar una acción conjunta inmediata ante la emergencia, los poderosos bancos mundiales de desarrollo instaron a una "urgente respuesta internacional" (como si fueran internautas de las redes sociales) para ayudar a reconstruir Haití y anunciaron que redirigirán fondos de proyectos existentes para esfuerzos de recuperación y reconstrucción.
El Banco Mundial (BM) dijo que proporcionará 100 millones de dólares (una cifra absurda teniendo en cuenta la magnitud multimillonaria de los daños y las necesidades) en asistencia para Haití, señalando que "estudia" crear un fondo especial para que los donantes coordinen la entrega de ayuda.
La directora del banco para el área caribeña, Yvonne Tsikata, dijo que la entidad enviará en breve un equipo a Haití con otras agencias de la ONU para ayudar al Gobierno a "evaluar la magnitud del daño" causada por el terremoto que causó decenas de miles de muertos y afectó a un cuarto de la población haitiana.
Tsikata dijo que al banco le gustaría "comenzar la evaluación de necesidades lo antes posible", incluso aunque el Gobierno no esté funcionando plenamente.
"Este es un evento impactante y es crucial que la comunidad internacional apoye al pueblo haitiano en este momento crítico", dijo por su parte el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se centra en América Latina y el Caribe, dijo que redirigirá "oportunamente" unos 90 millones de dólares en fondos aún no desembolsados para Haití y espera aprobar hasta 128 millones de dólares en nuevos subsidios para el país este año.
"Nos gustaría ir allí tan pronto como sea posible", señaló.
El organismo hermano del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, dijo que también estaba listo para proporcionar ayuda a Haití "tan pronto como sea posible".
¿Quién va a salvar a Haití?
En tanto,Haití es un gigantesco cementerio: Cien mil cadáveres y tres millones de personas afectadas.
La capital es muerte. Una parte de Haití es destrucción", señala Haití Press Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haití Press Network como la página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como desolador y dantesco, con "cadáveres abandonados sobre el pavimento".
No hay servicios de emergencia, no hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada, describen los testigos. Según la ONU y la Cruz Roja, de 3 a 3,5 millones de personas, más de un tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el terremoto.
Haití está devastado y colapsado: la infraestructura de su capital está destruida y su población está en estado de pánico. Si no me equivoco: Estamos frente al primer caso testigo de un Apocalipsis en un país mayoritariamente empobrecido y con mayoría de "población sobrante" para el sistema capitalista.
Seguramente Haití va a demostrar lo que ya sabemos (y está probado por la historia): El sistema capitalista, EEUU y las potencias, retacean recursos económicos para aplicarlos en "poblaciones sobrantes" que no generan rentabilidad comercial a sus bancos y trasnacionales.
Haití es masivamente pobre (más del 80% de su población es paupérrima): Su reconstrucción (que implica auxiliar a los millones que perdieron todo) implican miles de millones US$ que no resultan "rentables", no generan retornos para las potencias y empresa capitalistas.
¿Quién va a salvar a Haití: Estamos ante el primer módulo experimental de cómo va a reaccionar el sistema ante los Apocalipsis que se avecinan.
CON HAITI EN RUINAS,LA LOGISTICA ES EL PRINCIPAL RETO PARA LOS RESCATISTAS
(IAR Noticias)
Mientras equipos militares y de rescate empezaban a llegar el jueves de Estados Unidos y otros países, veteranos de desastres pasados dicen que la dura realidad del terremoto de Haití hace que destaque de muchas otras calamidades, incluyendo el tsunami de 2004 que devastó a comunidades en todo el Océano Indico y mató a un cuarto de millón de personas.
Por Chris Herring y Betsy McKay - The Wall Street Journal
Un puerto nacional destruido. Un aeropuerto que no da abasto. Hospitales en ruinas. Un presidente sin techo. Nada de gasolina. Una ciudad sin servicio telefónico o electricidad.
Gobiernos y agencias humanitarias de todo el mundo luchaban por sobreponerse a una serie de obstáculos para proporcionar ayuda de emergencia al pueblo de Haití, víctima del terremoto.
Mientras equipos militares y de rescate empezaban a llegar el jueves de Estados Unidos y otros países, veteranos de desastres pasados dicen que la dura realidad del terremoto de Haití hace que destaque de muchas otras calamidades, incluyendo el tsunami de 2004 que devastó a comunidades en todo el Océano Indico y mató a un cuarto de millón de personas.
"Hay muchas dimensiones que hacen que esta sea una situación especialmente complicada", dijo Steve Hollingworth, director de operaciones del grupo de ayuda humanitaria con sede en Atlanta, CARE.
Hollingsworth y otros veteranos de la ayuda humanitaria sitúan el gobierno casi inexistente de Haití, los daños a su infraestructura y el hecho de que el sismo devastara la capital del país entre los principales retos que dificultarán los esfuerzos humanitarios en los próximos días y semanas. También está alto en su lista la extrema pobreza del país y su historial de violencia.
"Cuando la capital de un país es diezmada, uno pierde mucho de organización e infraestructura", dijo Randy Martin, director de las operaciones de emergencia global de Mercy Corps International. "Esto va a ser un verdadero reto".
Grupos militares y de ayuda humanitaria empezaron a toparse con grandes obstáculos para hacer llegar la ayuda al país, menos de dos días después de que el terremoto matara a lo que la Cruz Roja de Haití estima son entre 45.000 y 50.000 personas. Especialistas militares de EE.UU. restablecieron comunicaciones con el aeropuerto de Puerto Príncipe, pero la falta de gasolina y la saturación de las pistas hicieron que el gobierno haitiano detuviera los vuelos entrantes. Aunque una pista del aeropuerto era utilizable, la torre de control sólo podía coordinar a cuatro aviones al mismo tiempo, dijeron compañías de logística.
"Me imagino que cualquier cosa que llegue por avión probablemente tendrá que llegar durante las horas diurnas sin esa torre", afirmó Ed Martínez, el director de filantropía y relaciones corporativas de la Fundación UPS. Esta empresa entrega ayuda para Unicef, CARE y otras grandes organizaciones de rescate.
El terremoto también dejó no operativo el principal puerto de Puerto Príncipe, lo que limita seriamente lo planes de traer material de rescate por mar.
El puerto ha "colapsado y no puede operar", afirmó Mary Ann Kotlarich, de Maersk Line. El muelle principal está parcialmente sumergido. Las grúas que movían los contenedores desde y hacia los barcos en el puerto ahora están parcialmente bajo el agua y muy escorados".
El desorden en el puerto será un gran obstáculo para el esfuerzo de rescate, ya que la marina estadounidense y otros que llevan provisiones no tienen dónde amarrar sus barcos. Muchas empresas marítimas están intentando idear soluciones temporales, pero aún no hay nada en concreto.
"No se propuso nada que realmente pudiera ser una solución a esta altura", afirma Mark Miller de Crowley Maritime Corp., una empresa naviera de Jacksonville, estado de Florida, que tiene una amplia red logística en el Caribe.
Los grupos de ayuda y los gobiernos extranjeros también se esfuerzan por coordinar operaciones en medio de un vacío casi completo dentro del gobierno haitiano. El colapso del palacio presidencial dejó al presidente de Haití, Rene Preval, sin hogar. Muchos de los ministros y altos miembros del Parlamento del país también seguían desaparecidos el jueves.
Con el servicio telefónico aún colapsado, el presidente de EE.UU., Barack Obama, no pudo contactar a Preval por teléfono el jueves, lo que ilustra las dificultades que se presentan para coordinar la ayuda sin teléfonos.
Funcionarios del gobierno de EE.UU. dijeron que están movilizándose para restaurar al menos un servicio celular limitado en la ciudad lo más rápido posible.
Louis Belanger, un portavoz del grupo de ayuda humanitaria Oxfam International, dijo que los esfuerzos de ayuda han sido limitados inmensamente debido a que no hay forma de que la gente se comunique electrónicamente.
"Ha habido muchas críticas de las autoridades locales a los esfuerzos humanitarios, pero para ser justos, si pudiéramos poner a funcionar las comunicaciones, nos moveríamos mucho más rápido", dijo Belanger desde la frontera entre Haití y República Dominicana. "Es extremadamente difícil sin líneas fijas, Internet o celulares".
Los grupos de ayuda también advirtieron sobre la posibilidad de que haya violencia y disturbios en un país en el que muchos poseen armas y en el que el colapso de la principal cárcel dejó libres a cientos de criminales. Los grupos de ayuda dicen que saqueadores entraron en al menos un depósito de alimentos el jueves, un acto que temen se podría extender si las condiciones empeoran.
Funcionarios de asistencia dicen que hasta el momento, las lecciones aprendidas en el tsunami de 2004 están ayudando a acelerar la coordinación entre los grupos de ayuda y el gobierno estadounidense, pese a las dificultades iniciales para ingresar personas y equipos al país. Oxfam, CARE, Mercy Corps y otros grupos pasaron buena parte del jueves determinando cómo dividir tareas que van desde la creación de empleos y el saneamiento a la construcción de refugios temporales.
Los grupos esperan evitar uno de los principales problemas que se presentaron en áreas de desastre anteriores: la llegada de cientos de toneladas de ropa innecesaria, alimentos enlatados y medicamentos. Martin, de Mercy Corps, recuerda haber visto bulldózeres empujando toneladas de bienes innecesarios fuera de la pista de aterrizaje de Banda Aceh, Indonesia, a principios de 2005.
A LOS LIDERES INTERNACIONALES NUNCA LES IMPORTO EL PUEBLO HAITIANO
(IAR Noticias)
No podemos dejar de sentir justa indignación ante la hipocresía de una “comunidad internacional” que vuelve a derramar lágrimas de cocodrilo ante la “incomprensible tragedia” que sufre el pueblo haitiano (utilizando las palabras de Obama), pero que no reconoce la enorme responsabilidad que ella misma tiene ante ésta –el impacto del terremoto pudo ser tan devastador, pues estamos ante un pueblo previamente devastado por un siglo de intervenciones militares, de saqueo desvergonzado, de regímenes autocráticos respaldados por Francia y Estados Unidos y de políticas de las organizaciones financieras internacionales destinadas a arruinar al pueblo haitiano en beneficio de unos cuantos. Un país convertido en una enorme maquila, donde la mayoría de la población subsiste a duras penas gracias a la caridad. Acá no estamos ante un simple desastre natural, como los medios de comunicación nos quieren hacer creer: estamos, en realidad, ante una tragedia de causas sociales. El terremoto sencillamente terminó la tarea comenzada por Estados Unidos, Francia, Canadá, la MINUSTAH (las tropas de ocupación de la ONU), el Fondo Monetario Internacional y organizaciones de desarrollo fraudulentas como US AID.
La tragedia una vez más golpea las puertas de Haití. Esta vez, en la forma de un terrible terremoto grado 7 que ha devastado al país y lo ha convertido en ruinas. Aún no se tienen datos exactos del número de víctimas, pero la Cruz Roja habla de 3 millones de damnificados y el número de muertos podría incluso alcanzar a los 100.000 –una cifra horrenda si consideramos que este país cuenta con tan sólo 8 millones de habitantes. Las imágenes que nos llegan de sobrevivientes aplastados bajo ruinas clamando ayuda, de niños heridos, de familiares desgarrándose en llanto por sus seres queridos muertos retratan el horror de esta tragedia mejor que mil palabras.
En este momento tan duro, nos posicionamos como siempre junto al pueblo haitiano. Toda nuestra solidaridad con ellos, hacemos nuestro su dolor y desde este medio hacemos convocamos a nuestros lectores y a todas las personas concientes a que acudan al llamado de ayuda lanzado por diversas organizaciones humanitarias que están tratando de entregar alguna clase de alivio en esta situación tan dramática.
De igual manera, no podemos dejar de sentir justa indignación ante la hipocresía de una “comunidad internacional” que vuelve a derramar lágrimas de cocodrilo ante la “incomprensible tragedia” que sufre el pueblo haitiano (utilizando las palabras de Obama), pero que no reconoce la enorme responsabilidad que ella misma tiene ante ésta –el impacto del terremoto pudo ser tan devastador, pues estamos ante un pueblo previamente devastado por un siglo de intervenciones militares, de saqueo desvergonzado, de regímenes autocráticos respaldados por Francia y Estados Unidos y de políticas de las organizaciones financieras internacionales destinadas a arruinar al pueblo haitiano en beneficio de unos cuantos. Un país convertido en una enorme maquila, donde la mayoría de la población subsiste a duras penas gracias a la caridad. Acá no estamos ante un simple desastre natural, como los medios de comunicación nos quieren hacer creer: estamos, en realidad, ante una tragedia de causas sociales. El terremoto sencillamente terminó la tarea comenzada por Estados Unidos, Francia, Canadá, la MINUSTAH (las tropas de ocupación de la ONU), el Fondo Monetario Internacional y organizaciones de desarrollo fraudulentas como US AID.
A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano mientras éste se ahogaba en la deuda externa contraída de manera completamente fraudulenta por la dictadura de los Duvalier, y nunca hubo mayor “angustia” en extraer hasta el más miserable centavo de un país en ruinas y con una población hambreada;
A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando “hubo” que imponer programas de ajuste estructural en los ’90 que tuvieron resultados calamitosos sobre la población, como fue la reducción de tarifas a la importación de alimentos como el arroz, que redundó en la destrucción absoluta del campesinado, el cual fue empujado a los suburbios marginales de Puerto Príncipe –dejando a un país hasta entonces capaz de alimentarse a sí mismo en el hambre más brutal, como lo demostraron las rebeliones de hambrientos en Abril del 2008;
A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando durante las dictaduras de Duvalier, Namphy, Avril, Cedras y Latortue (todas las cuales contaron con el beneplácito de Washington y París) se violó, mutiló, desapareció y masacró a miles de haitianos. Algunos, como Jean Claude Duvalier, viven lujosamente en Francia. O como Raoul Cedras, que gracias a los dineros que recibió como parte del arreglo con los Estados Unidos que terminó su dictadura, se recauchó en un respetable hombre de negocios en Panamá;
A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano cuando aparecieron miles de denuncias de los abusos sexuales cometidos por las tropas de la misión “civilizadora” de la MINUSTAH, que hoy continúan ocupando, violando y asesinando impunemente en Haití, como lo demuestra la repatriación a Sri Lanka de más de un centenar de cascos azules de ese país en Noviembre del 2007, que durante su servicio fueron culpables de varios centenares de violaciones y que en su país jamás enfrentaron ni siquiera una pantomima de justicia;
A ninguno de ellos les importó el pueblo haitiano, cuando las maquilas distorsionaron enormemente la economía de ese país, pagando a sus obreros sueldos de miseria mientras los abusos de toda naturaleza están a la orden del día;
La lista de razones para estar indignado ante las hipócritas declaraciones de pesar de un Sarkozy, de un Obama, de un Ban Ki-Moon, de un Lula, es demasiado larga como para continuar. Pero digamos, sencillamente, que mientras más miserable un pueblo, más fuertemente será golpeado por los azares de la naturaleza. Y es esa miseria la causada por las fuerzas de un modelo impuesto mediante dictaduras y presiones internacionales: si tres cuartas partes de la población de Puerto Príncipe viven en barrios miseria que crecieron de la mano de la ruina de la estructura económica de Haití (principalmente del campo), al alero de construcciones precarias, ¿podemos sorprendernos de que los muertos se cuenten por miles?
Esperamos que la solidaridad de los pueblos del mundo con Haití sea contundente. Como se ha dicho muchas veces, la solidaridad es la ternura de los pueblos. Y esperamos que esa solidaridad de la cual miles de vidas dependen hoy, se haga llegar y no se enrede en una maraña de ONGs y organizaciones de ayuda humanitaria. Sin lugar a dudas, hay muchas organizaciones de indudable reputación como la Cruz Roja que estarán realizando valiosas labores de asistencia; pero junto a ella también aparecen tiburones que profitan de estas tragedias con los cuales hay que tener ojo – son las organizaciones populares haitianas las que deben estar alerta para que la ayuda llegue a quienes la necesitan y se distribuya de manera eficiente. También esperamos que no llegue una invasión de “hombres blancos” por parte de ciertas ONGs a realizar tareas, como construir casas, que los mismos haitianos pueden realizar perfectamente y que, con niveles de desempleo rondando el 80%, no hay razón por la cual no podrían hacerlo.
Para terminar, llamamos a la solidaridad. No solamente ante esta tragedia que nos conmueve a todos los que tenemos corazón en el pecho, sino solidaridad ahora y siempre, una solidaridad que vaya más allá de esta coyuntura; una solidaridad que escarbe tras las ruinas para entender que la tragedia haitiana es bastante más profunda que un terremoto grado 7 en la escala de Richter; en fin, una solidaridad que obligue a replantearse las relaciones que mantienen las grandes potencias con nuestra región del mundo, relación de la cual Haití no es sino el ejemplo más espantoso. Una solidaridad que nos mueva a comenzar a cuestionar cada vez más el rol que juegan, por ejemplo, tropas de la mayoría de los países latinoamericanos en una ocupación militar que ha tenido un efecto tan devastador como el de este terremoto, aunque ahora quieran borrar esto tomándose unas fotos repartiendo bolsas de arroz a los damnificados.
Ni lágrimas de cocodrilo ni silencio: Solidaridad con el pueblo haitiano.
PREVAL:"ES COMO SI EL PAIS HUBIESE SIDO BOMBARDEADO DURANTE 15 DIAS"
(IAR Noticias)
Los damnificados esperan la ayuda
La devastadora situación que se vive en Haití tras el terremoto de 7 grados del pasado martes "se puede comparar" con la que habría sufrido el país "si hubiese sido bombardeado durante 15 días", afirmó el viernes el presidente de la nación caribeña, René Preval, quien agradeció de nuevo el apoyo prestado por la comunidad internacional a su país.
En una entrevista concedida a la agencia Reuters en las afueras de lo que queda del palacio presidencial, Preval se mostró completamente abatido, aseguró que lleva dos días sin poder dormir e hizo hincapié en la necesidad de comenzar a levantar el país cuanto antes. "Debemos reconstruir todo. El palacio se cayó, el Parlamentó está destruido, el Palacio de Justicia se vino abajo", lamentó.
Su gobierno ha estimado en 140.000 los fallecidos por el seísmo y ha dicho que al menos tres cuartas partes de la capital, Puerto Príncipe, necesitarán ser reconstruidas. Sin embargo, el mandatario prefirió no hacer estimaciones sobre el número de víctimas e indicó que, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), "se necesitan más de 500 millones de dólares" para comenzar a levantar de nuevo el país.
También relató la situación personal en la que se encuentra. Su vivienda, situada en el interior del palacio presidencial, ha quedado completamente destruida. Por ahora se aloja en el interior de la parte del edificio presidencial que ha quedado en pie, que ahora es empleada como una comisaría.
En varias ocasiones durante la entrevista mostró su Blackberry para ejemplificar los severos problemas de comunicaciones e infraestructura a los que se enfrenta el país, al que comienza a llegar la ayuda humanitaria. "Virtualmente no hay teléfonos (funcionando) (...) Incluso se me hace difícil llamar o reunirme con el primer ministro", relató Preval.
Preocupado por la escasez de combustible
También expresó su preocupación por la escasez de combustible para coordinar las tareas de asistencia y garantizar el funcionamiento de los hospitales. "Debemos asegurarnos que hay gas disponible para las empresas de teléfonos celulares y para los camiones que recolectan los cuerpos. Los hospitales están llenos, están abrumados", dijo el presidente.
Durante la entrevista, el presidente haitiano conversó de manera pausada, pero visiblemente aturdido por los hechos. Informó de que habló durante la mañana del viernes con su homólogo estadounidense, Barack Obama, y con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para dialogar sobre la masiva cantidad de ayuda humanitaria que ha sido enviada a Haití. "Dijeron que harán todo lo que puedan para ayudar (...) Les agradezco la atención que le están dando a la situación en Haití".
Camiones llenos de cadáveres estuvieron trasladando a los muertos a fosas comunes excavadas a las afueras de la ciudad. El Gobierno aseguró este viernes que al menos 40.000 personas habían sido enterradas ya, pero se cree que aún hay decenas de miles de cuerpos más sepultados bajo los escombros.
Al ser consultado sobre cuál era en estos momentos la máxima prioridad del país (comida, agua, comunicaciones o policía), Preval simplemente contestó: "todas, mi amigo, todas".
CRECE LA DESESPERACION EN HAITI POR RETRASO EN ENTREGA DE AYUDA
(IAR Noticias)
En la imagen, la gente hace cola para recibir alimentos entregados por la ONU en Puerto Príncipe, el 14 de enero de 2010
Grupos de haitianos desesperados levantaron barricadas con cadáveres el jueves en Puerto Príncipe, para exigir que se aceleren los esfuerzos de ayuda tras el devastador terremoto que dejó decenas de miles de muertos y un gran número de personas sin hogar.
Los residentes enfadados realizaron la protesta en momentos en que la ayuda internacional comienza a llegar a la capital del país caribeño para ayudar a una nación traumatizada por el catastrófico terremoto del martes que devastó viviendas y edificios gubernamentales.
Más de 48 horas después del desastre, decenas de miles de personas clamaban por alimentos y agua, y ayudaban a desenterrar a los familiares que aún están desaparecidos bajo los escombros.
Shaul Schwarz, un fotógrafo que trabaja para la revista TIME, dijo que vio al menos dos barricadas formadas con cadáveres de víctimas del terremoto y piedras.
"Están empezando a bloquear los caminos con cuerpos, se está poniendo feo, la gente está cansada de no recibir ayuda", dijo Schwarz a Reuters.
La Cruz Roja de Haití dijo que creía que entre 45.000 y 50.000 personas podrían haber resultado muertas, mientras que unos tres millones de haitianos resultaron heridos o perdieron sus hogares por el seísmo de magnitud 7,0 que sacudió el martes la capital del país.
El terremoto derrumbó edificaciones en las colinas y varias personas seguían atrapadas vivas bajo los escombros después de dos días, con escasas señales de un esfuerzo de rescate organizado. Cerca de 1.500 cadáveres se apilaban fuera del hospital principal y los cuerpos atestaban varias calles.
"Ya hemos enterrado 7.000 personas en una fosa común", sostuvo el presidente Rene Preval a periodistas en el aeropuerto de la capital junto a su homólogo de República Dominicana Leonel Fernández, el primer jefe de Estado extranjero que visita Haití tras el seísmo.
Aviones con ayuda comenzaron a aterrizar en Puerto Príncipe más rápido de lo que los equipos en tierra podían descargarlos y las autoridades de aviación restringieron los vuelos desde el espacio aéreo estadounidense ante el temor de que los aviones se quedaran sin combustible mientras esperaban para aterrizar.
El flujo de ayuda aún debe llegar a los haitianos, que deambulaban por las calles de la capital buscando agua, alimentos y ayuda médica con desesperación.
Trabajadores de ayuda humanitaria advirtieron que la cifra de muertos subirá rápidamente si decenas de miles de haitianos heridos, muchos con huesos rotos y grave pérdida de sangre, no reciben primeros auxilios en las próximas 24 horas.
"Las próximas 24 horas serán críticas", dijo el oficial de 54 años de de la Guardia Costera de Estados Unidos Paul Cormier, un trabajador de emergencia cualificado que gestiona un orfanato en Haití y ha ayudado a 300 personas desde el desastre del martes.
Obama : "El mundo está con ustedes"
Algunos saqueadores irrumpieron en un supermercado del área de Delmas en la capital y se llevaron electrodomésticos y bolsas con arroz. Otros sacaban gasolina de un camión cisterna que había chocado.
"Los policías están ocupados rescatando o sepultando a sus propios familiares", dijo el propietario de una fábrica de azulejos, Manuel Deheusch.
"No tienen tiempo para patrullar las calles", añadió.
Los médicos en Haití, el país más pobre del Hemisferio Occidental, están mal equipados para ofrecer tratamiento a los heridos.
Estados Unidos está enviando 3.500 soldados para ayudar a las víctimas y reforzar la seguridad en la devastada ciudad. Además, unos 300 médicos y paramédicos estadounidenses han sido despachados a Haití, a donde el Pentágono envió además tres buques anfibios y un contingente de marines.
"Al pueblo de Haití le decimos claramente y con convicción: no nos olvidaremos de ustedes. En esta, su hora de mayor necesidad, Estados Unidos está con ustedes. El mundo está con ustedes", dijo el presidente Barack Obama.
El primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que Haití sufrió una tragedia que va más allá de la imaginación y "debe convertirse en el centro de la atención mundial, la compasión y la ayuda humanitaria de todo el mundo".
Estados Unidos dijo que asumiría un compromiso de largo plazo con la recuperación. El palacio presidencial, el Parlamento y varios recintos gubernamentales se derrumbaron, y no se sabía cuantos diputados y funcionarios sobrevivieron.
La principal cárcel también se vino abajo, permitiéndole a peligrosos criminales escapar.
Se levantaron tiendas improvisadas en todas partes y los haitianos en un campamento informal se acercaron a un periodista gritando "agua, agua" en varios idiomas.
"Por favor hagan todo lo que puedan, esta gente no tiene agua, no tiene alimentos, no tiene medicinas, nadie nos está ayudando", dijo Valery Louis, quien organizó uno de los campamentos.
Sollozos y llantos estallaban cada vez que alguien moría, pero las réplicas interrumpían los lamentos, haciendo que la gente se alejara corriendo con pánico de los muros.
El epicentro del terremoto estuvo a sólo 16 kilómetros de Puerto Príncipe, una ciudad grande y densamente poblada de 4 millones de habitantes, en una nación golpeada por la pobreza, catastróficos desastres naturales e inestabilidad política.
Cadáveres apilados
Había cadáveres por todas partes en la capital y la gente se tapaba la nariz por el hedor.
Frente al Hospital General de Puerto Príncipe, se descargaban cuerpos traídos en camionetas. El director del hospital, Guy LaRoche, calculó que había unos 1.500 muertos apilados frente a la morgue.
La Cruz Roja de Haití se quedó sin bolsas para cadáveres y el Comité Internacional de la Cruz Roja informó de que unas 3.000 bolsas estaban en camino.
Brasil, cuyas tropas lideran el contingente de paz de la ONU, propuso un plan de emergencia que incluye la construcción de un nuevo cementerio.
Los habitantes de la capital trataban de rescatar a las personas sepultadas aún vivas, retirando trozos de escombros con sus manos desnudas. Hombres con martillos golpeaban los restos de edificios derrumbados buscando sobrevivientes.
La ONU dijo que al menos 36 integrantes de su fuerza de paz de 9.000 hombres murieron y muchos más seguían desaparecidos. Brasil informó de 14 soldados muertos entre las víctimas.
LA SOCIEDAD HAITIANA PIDE HUMANIDAD
(IAR Noticias)
Haitianos rescatan a su gente por sus propios medios.
La devastadora situación que se vive en Haití tras el terremoto de 7 grados del pasado martes "se puede comparar" con la que habría sufrido el país "si hubiese sido bombardeado durante 15 días", afirmó el viernes el presidente de la nación caribeña, René Preval, quien agradeció de nuevo el apoyo prestado por la comunidad internacional a su país.
Hace cinco minutos que su hermano llamó. Tiene encima varias toneladas de escombros pero le queda un soplo de vida. Telefoneó como pudo desde su encierro y le dijo a su hermana, con voz agotada, que no le olvidaran.
Cuando perdieron la comunicación, intentaron marcarle pero ya no respondió. Sheila Guilloux lleva varios días aguardando a las afueras del Hotel Montana, el que fuera el mejor de la capital haitiana y hoy tumba de medio centenar de cadáveres, alguna noticia sobre su paradero. Al colgar, llora angustiada y nerviosa y pide a los equipos de rescate que le salven.
Tan solo momentos antes, expertos españoles, norteamericanos y franceses analizaban la posibilidad de abandonar en ese lugar la labor de búsqueda de supervivientes, aunque prevalecía la idea de dar unas horas más. Pierre Guilloux, de 30 años y recepcionista del hotel, les demostraba que aún hay esperanzas así sean mínimas.
La situación de su familia es la misma de centenares de haitianos que se resisten a perder a sus seres queridos y quieren que sigan escarbando los restos de las edificaciones caídas.
Decenas de grupos de rescate y sus perros, venidos de diversos países, siguen arribando al aeropuerto de la capital, pese a que las posibilidades de hallar vida menguan con el paso de los días. El primer ministro, Jean Max Beltreeve, si bien comprende esa resistencia, cree que es un obstáculo para la recuperación de Haití ya que impiden que trabajen las excavadoras.
Piden un sentido humanitario
También le pedían que no enterrara a las miles de víctimas en fosas comunes, pero optó por ordenar que cavaran tres enormes hoyos para evitar epidemias.
Incluso un buldózer, como el que vio este diario, recoge los que están tirados en las calles de Puerto Prícipe y los echa a un vetusto camión cargado de muerte. El espectáculo resulta dantesco pero la alternativa son los fallecidos sin nombre, que también vimos, arrojados en cualquier lado, putrefactos por el tiempo transcurrido y el enorme calor.
Junto a prevenir enfermedades su prioridad principal es recuperar la institucionalidad del país. “La primera víctima es el Estado”, le dijo al ministro del Interior colombiano, Fabio Valencia Cossio, que viajó a la isla para ofrecer la ayuda de su país.
“El Parlamento se destruyó, varios ministerios también; no existe comunicación entre los ministros y sus directores generales y los funcionarios. Hay que ir puerta a puerta para convocarlos. Cada cual, además, es víctima de su drama personal”, indicó.
Recuerda que si antes tenía que lidiar con un porcentaje del 60% de desempleados, “ahora es el cien por cien. Tengo una población de nueve millones de habitantes que no tiene recursos y sí hambre. Y, más importante aún, cómo darles la esperanza de que las cosas van a cambiar”.
La ayuda que no llega
La ayuda internacional que espera el primer ministro y los haitianos, no se ve aún en las calles. No hay reparto de víveres ni agua. Todo llega al aeropuerto pero se queda en los hangares de recepción esperando que alguien ponga un sistema en marcha.
La ONU, por ejemplo, está más concentrada en localizar a sus fallecidos, sepultados en un edificio donde celebraban una reunión, que en auxiliar al pueblo desamparado. Y los equipos de bomberos y perros tienen como misión principal hallar a sus nacionales, dejando la población local en segundo término.
“Sin un gobierno nacional que funcione y el de la capital inexistente y la ONU no tomando el control, es difícil que las ayudas fluyan”, comenta uno de los delegados colombianos. También reveló que a los miembros de la ONU les han prohibido pisar determinados barrios ante el riesgo de que ciudadanos desesperados les ataquen. Pero El Mundo recorrió varios enclaves de Puerto Príncipe durante el día y la tranquilidad y el respeto a las escuálidas autoridades haitianas, por regla general mal dotadas y con escasos recursos humanos, era la norma.
Sólo en la noche y en determinados barrios, de tradición violenta como la Ville de Soleil, siguen vedados a los habitantes pacíficos porque las bandas son los amos y señores. Con todo, no se puede descartar que si la asistencia humanitaria sigue retardada y los estómagos vacíos, empeore el orden público.
La única autoridad reinante, hasta la fecha, es el Ejército norteamericano, que ha tomado el control del aeropuerto, un hervidero de refugiados en espera de ser evacuados, de periodistas que lo han convertido en su residencia y de soldados, bomberos y miembros de protección civil de todas partes del mundo. Su intervención, sin embargo, no ha conseguido aún corregir los errores iniciales para que llegue a la población la solidaridad de todo el planeta.
"OIGA,SEÑOR,¿CUANDO VAN A VENIR A AYUDARNOS?"
(IAR Noticias)
Miles de haitianos apelan a lo que haya para calmar la sed y el hambre ante la lentitud de la llegada de los alimentos y las medicinas
Miles de haitianos esperan, algunos con resignación y otros con rabia, que llegue la ayuda que se acumula en el aeropuerto de Puerto Príncipe.
Al parecer están aquí, pero no han llegado. Dicen que unos bomberos han rescatado a unos niños con vida de entre los escombros, y debe ser verdad, pero uno puede recorrer durante cinco horas la ciudad destruida sin encontrarse ni un rastro de ayuda internacional. Dicen que sí, que en el aeropuerto de Puerto Príncipe ya hay muchos aviones con víveres y alimentos, costosos equipos de comunicaciones y la mejor voluntad del mundo, pero nadie se ha acercado a ayudar a Louise, que busca a su marido y a la esperanza que aún guarda entre los escombros. Ni a Malen, que dirige un hospital que hasta el día del terremoto tenía más de 100 médicos y ahora sólo dispone de 20 y un número que ni ella sabe de enfermos. Ni a Lionel, que confunde al periodista con un médico y le implora un calmante para el dolor de su pierna amputada. Ni, desgraciadamente, nadie ha llegado a tiempo a Haití para ayudar a Antoine... Aunque también es verdad que cualquier ayuda para él llegaría ya definitivamente tarde.
Antoine llega al cementerio de Puerto Príncipe a eso del mediodía, cuando el sol ya está en todo lo alto y el olor a descomposición lo inunda todo. Trae el cadáver de su hijo de siete años para darle sepultura. Ha caminado durante una hora, utilizando un viejo pupitre del hijo como camilla y una sabana raída como sudario. Antoine quiere enterrar a su niño con sus propias manos, y para eso dispone de un palustre y de dos ramitas de hierbabuena en los orificios de la nariz. Pero los sepultureros le cierran el paso. Le dicen que tendrá que pagar unos centavos o tirar a su hijo en una de las muchas fosas comunes de la ciudad.
A Antoine le puede la rabia. Enseña su palustre en señal de lo que puede llegar a hacer un hombre desesperado y finalmente consigue entrar en el camposanto con su hijo muerto. De camino a un trozo de tierra libre tiene que pasar junto a cadáveres que nadie se preocupó de enterrar. Antoine se pierde llorando por un paisaje de espanto.
No muy lejos, Louise busca a su marido entre los escombros del palacio de Justicia. El edificio se ha venido abajo por completo. Sólo queda la estatua de un tal Guy Malary y la placa que da fe de que en 1993 fue asesinado por defender la democracia y la justicia. Nada más. Louise cuenta que su marido era juez, tenía 44 años y tres hijos, uno de ellos de ella y los otros dos nacidos de otras relaciones simultáneas. Lo demuestra contando que su hija de 14 años tiene otra hermana de la misma edad pero de distinta madre. "Aunque yo me encargo de todos", aclara Louise en medio de la pena. Hay testigos que vieron a Jean Cloude Rigueur, que así se llamaba el juez, entrar en el edificio minutos antes del terremoto. Ya no salió. El caso es que Louise no sólo lo busca desesperadamente para darle sepultura, sino por algo más: "Cuando él salió de casa llevaba en el bolsillo los visados de mis hijos para entrar en Francia. Esos visados son el futuro de ellos. Tenemos que encontrar a mi marido. En su traje están los visados".
De camino al estadio nacional, convertido en improvisado sanatorio, hay que pasar por una calle donde se amontonan los cadáveres abandonados. Uno de ellos fue dejado encima de un colchón, apenas tapado por una sábana sucia. Como otros muchos, tiene los brazos abiertos e hinchados. Otro es por fin cargado en una carretilla y un tercero es trabajosamente acarreado por sus familiares sobre el somier de una cama vieja. Ése y no otro sigue siendo el paisaje de Puerto Príncipe. Un paisaje que en las televisiones y en los periódicos aparece amputado porque le falta el olor insoportable a muerte y el calor asfixiante. Un paisaje que en algunas crónicas aparece desvirtuado porque se incluye la palabra pillaje una palabra caliente y buena para titular, pero falsa e inoportuna si se aplica a la gente de Haití. ¿Es pillaje amañársela para que un pollo se acerque a la reja de una casa abandonada y meterlo luego en un saco en una ciudad donde no hay comida ni agua? ¿Es pillaje esperar a que uno de los guardias que custodian el supermercado más grande de la ciudad se despiste y trepar luego entre sus ruinas en busca de un cartón de leche? Jean Menard tiene la respuesta.
Menard es policía. De hecho, es uno de los pocos policías haitianos que estos días se ven por la ciudad. Junto a unos cascos azules de Nepal -que ya estaban aquí cuando el terremoto- custodia el cadáver del supermercado. Dice que por el olor está claro que el supermercado, abarrotado a la hora de la catástrofe, guarda mucha muerte dentro, pero también dice que aún no se descarta que haya gente con vida. "Hay quien dice que se oyen ruidos". Pero ni Menard ni los nepalíes están allí para buscar a los posibles supervivientes -de hecho, nadie los busca- sino para evitar que la multitud que se agolpa en la esquina se abalance sobre el supermercado para rebanar alguna lata de comida. "Pero eso es muy peligroso", dice el periodista. "Pero ellos tienen mucha hambre", contesta él, haciendo un gesto con las manos como si pusiera en una balanza el hambre y el peligro. Y cada hora que pasa, cada hora que la ayuda internacional remolonea en el aeropuerto antes de lanzarse a pecho descubierto a las calles pacíficas y doloridas de Haití, el hambre irá pesando más, mucho más. Y también la rabia.
Porque ya hay rabia. Una rabia mansa, a la que todavía le puede más la resignación de este país acostumbrado a las desgracias. La rabia de una mujer joven acampada con su hija frente a la ruina del palacio presidencial, apenas cubiertas del sol por un trapo. Responde a las preguntas de rigor, ¿dónde le sorprendió el terremoto?, ¿perdió a algún familiar?, ¿cuál es su nombre?, pero luego, cuando ve que eso era todo, pregunta con un tono incipiente de rabia: "¿Eso es todo? ¿Sólo querían hablar? ¿Cuándo vendrá alguien que no sólo quiera hablar, que nos traiga un poco de ayuda?".
No se sabe. Al parecer la ayuda internacional ya está aquí, incluso algunos bomberos llegados de un país lejano se han arriesgado entre los escombros y han logrado sacar con vida a un par de niños que se negaban a morir, pero muchos de los vecinos de Puerto Príncipe ya empieza a repetir una pregunta ante las libretas y las cámaras de medio mundo que le preguntan sin pudor las mismas cuestiones. Primero responden, educadamente, sin una mala mirada hacia caros los artefactos electrónicos, pero luego ya empiezan a repetir: "Oiga, señor, ¿cuándo van a venir a ayudarnos?".
HAITI ES UN GIGANTESCO CEMENTERIO: CIEN MIL CADAVERES Y TRES MILLOMES DE PERSONAS AFECTADAS
(IAR Noticias)
"La capital es muerte. Una parte de Haití es destrucción", señala Haiti Press Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haiti Press Network como la página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como desolador y dantesco, con "cadáveres abandonados sobre el pavimento". No hay servicios de emergencia, no hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada, describen los testigos. Según la ONU y la Cruz Roja, de 3 a 3,5 millones de personas, más de un tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el terremoto. Los testimonios son escalofriantes.
Panorama desolador
Mike Blanpied, del Instituto Geológico de EE.UU. (USGS), asegura que, basándose en el lugar y el tamaño del terremoto, unos tres millones de personas se habrían visto afectadas por el impacto de este devastador terremoto.
"Hacerse paso por las calles para recoger los cadáveres parece en estos momentos una tarea imposible", informaba el miércoles Sanjay Gupta para la cadena norteamericana CNN. "Los hospitales, que deberían ser el destino para aquellos heridos que podría sobrevivir, son inexistentes o están en unas condiciones espantosas (. . . ) y no hay prácticamente ningún tipo de maquinaria pesada para poder excavar entre los escombros. La gente lo hace con sus propias manos", agregó Gupta.
La cadena ha emitido diversas imágenes de personas que, atrapadas entre las ruinas de viviendas, solicitan ayuda a gritos y se retuercen para tratar de salir de entre lo que antes eran viviendas. Muchos de los supervivientes están utilizando neumáticos y el poco material que tienen a mano para encender fogatas con las que evitar el frío y combatir la oscuridad de la noche, ya que desde el momento del terremoto la ciudad permanece sin suministro eléctrico.
Un joven haitiano suplica en inglés a un reportero de Reuters: "Está muriendo demasiada gente. Necesitamos ayuda internacional... no hay servicios de emergencia, no hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada". Los cadáveres han empezado a llenar las calles de Puerto Príncipe, lo que también hace temer la irrupción de enfermedades y epidemias. Cada pocos metros, en cada recodo, aparecen grupos de cadáveres amontonados. Algunos yacen tendidos en una esquina y otros muchos son depositados en grandes camiones con destino al cementerio.
"Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro y los parientes se desesperan por la impotencia", apuntó la cooperante italiana de la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI) Fiammetta Cappellini, quien presenció el terremoto de siete grados de magnitud en la escala Richter que devastó el 12 de enero el oeste de Haití.
El testimonio de esta mujer que recoge Europa Press, narra "el panorama devastador" en que se ha convertido la isla caribeña y, en especial, su capital, Puerto Príncipe, donde, según subrayó, "las calles se han convertido en una trampa" y, en toda la ciudad, "la gente se queda en la calle, unos porque ya no tienen casa y otros porque temen una nueva sacudida.
Según Kristie van de Wetering, cooperante de Oxfam en el país, la situación es "muy caótica, con escombros de las viviendas por todas partes". "Hay una capa de polvo que cubre toda la capital y podemos oir a la gente pidiendo ayuda desde todos los rincones. Se están produciendo réplicas y la gente está muy nerviosa", relató en un comunicado.
Barrios enteros han desaparecido, cientos de edificios públicos se han derrumbado como un castillo de naipes, incluido el palacio presidencial.
Los equipos de rescate se retiran por miedo. Todos, menos Jeanwell Anthony, que sigue sosteniendo la mano de un niño al que trata de consolar. "La mano de Dios que ama la vida me ha guiado para salvar a este bebé", cuenta el socorrista.
Las comunicaciones normales están cortadas, los caminos bloqueados por escombros y árboles, la energía eléctrica interrumpida y el suministro de agua es escaso. Las únicas luces visibles en la ciudad provienen de señales de tránsito que funcionan con energía solar. El panorama no puede ser más terrorífico.
En una entrevista a la cadena CNN, el ex presidente norteamericano, Bill Clinton, enviado especial de la ONU a Haití, reconoció los esfuerzos que está realizando toda la comunidad internacional para ayudar al pueblo haitiano, pero alertó de que la tarea va a ser complicada, ya que estamos "ante una situación devastadora". "Tenemos por delante tres o cuatro días muy duros en la retirada de escombros para encontrar a los fallecidos y asistir a los supervivientes. No sabemos aún cuanta gente hay muerta ni herida", añadió.
"Muchos heridos se encuentran a la intemperie, expuestos a la deshidratación, por lo que podrían morir en las próximas horas. Por eso es tan importante tener allí los equipos de rescate apropiados, por eso la gente debe saber que durante la próxima semana o diez días van a ser necesarias una serie de necesidades fundamentales, como alimentos, agua, cobijo y material de primeros auxilios", aseveró el ex presidente norteamericano.
Periodistas internacionales llegados a Puerto Príncipe dibujan un tétrico panorama de cadáveres apilados en las calles, supervivientes retirando escombros con sus propias manos para tratar de rescatar a los que permanecen con vida bajo los escombros, heridos que no encuentran hospitales donde poder ser atendidos y una población que trata de improvisar refugios donde aguardar la llegada de ayuda humanitaria. Que no llega.
Balance escalofriante
El caos y la desolación dominaban ayer la vida de los haitianos. Los testimonios eran escalofriantes. Se describía "gente ensangrentada", que "deambulaba perdida y murmurando el nombre de sus seres queridos", otros que "rezaban y lloraban en las plazas". Puerto Príncipe era un infierno de escombros y cadáveres, situación que el presidente
René Préval calificó de "inimaginable" en entrevista al diario The Miami Herald. Dijo haber caminado entre cuerpos aplastados y oído los gritos de personas atrapadas en los restos del Parlamento, otro edificio que no resistió el embate del terremoto y sus tres réplicas.
El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, hizo ayer un balance preliminar escalofriante. Por el terremoto del martes, habrían muerto más de 100 mil personas. Se temía, ese día, que el sismo había sido catastrófico. Pero con las líneas de comunicación caídas, salvo los mensajes y fotos por Twitter, no se sabía la dimensión. Aún ayer, el alcance de la tragedia no podía mensurarse. El presidente de Haití, René Préval, dijo luego de Bellerive que era "demasiado pronto" para dar cifras de muertos, pero los estimó al menos entre 30 y 50 mil. Un gendarme argentino falleció en el derrumbe del edificio de las Naciones Unidas.
De 3 a 3,5 millones de personas, más de un tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el terremoto de grado 7,3, dijeron tanto Naciones Unidas como la Cruz Roja. John Holmes, subsecretario de la ONU en Asuntos Humanitarios, precisó que Puerto Príncipe, la capital, y sus alrededores, es la zona más afectada; en menor medida también Carrefour, al sur: "Hay necesidad desesperada de material y médicos". Un hospital móvil argentino es el único que funciona en la capital y está desbordado.
"Camino por encima de cuerpos sin vida"
"Camino por encima de cuerpos sin vida. Mucha gente se encuentra debajo de los edificios. El hospital general colapsó. Necesitamos apoyo. Necesitamos ayuda. Necesitamos ingenieros", fue el dramático llamado de la primera dama, Elisabeth Préval, quien se salvó al igual que su esposo del desplome del palacio presidencial.
"Las paredes se vinieron abajo en todos lados. Corrí por mi vida. La gente no hacía más que gritar '¡Jesús, Jesús!'. Fue completamente irreal. Una locura", relató el fotógrafo Ivanoh Demers a la revista canadiense cyberpresse.ca.
"La ciudad es muerte. Una parte de Haití se destruyó", afirmó Haiti Press Network, de los pocos portales que actualizaba información pues las telecomunicaciones colapsaron.
Todos los hospitales estaban abarrotados con gente, pero en algunos no había médicos. "La noche del martes fue sin duda la más larga para los haitianos golpeados por un terrible terremoto que ha dejado enormes cantidades de víctimas e importantes daños", señaló el sitio web.
El sitio web de Radio Metropole señaló: "Los haitianos apilan cadáveres en calles devastadas y otros buscan sobrevivientes y muertos entre ruinas". Un camarógrafo de AP vio un hospital derrumbado donde la gente gritaba y pedía ayuda en Petionville. Allí residen diplomáticos y familias ricas, así como personas pobres, gran mayoría del pueblo haitiano.
"Todos los hospitales están abarrotados. Es una catástrofe"
El presidente René Préval había afirmado que el seísmo podría haber dejado miles de muertos, si bien admitía que aún no ha sido posible realizar una "evaluación" sobre las consecuencias de la catástrofe, que afecta principalmente a la capital, Puerto Príncipe.
"Tenemos que hacer una evaluación", reconoció Préval en sus primeras declaraciones públicas realizadas al diario 'Miami Herald', calificando la escena en la capital de "inimaginable". "El Parlamento se ha venido abajo, la oficina de Hacienda se ha venido abajo, las escuelas se han derrumbado, los hospitales se han derrumbado". Añadió que "hay escuelas con muchas personas muertas". Atrapado bajo el Parlamento se encontraba aún vivo el presidente del Senado, Kely Bastien.
El presidente haitiano, que no se encontraba en el momento del seísmo en el palacio presidencial, explicó que ha recorrido varios barrios de Puerto Príncipe para evaluar los daños. "Todos los hospitales están abarrotados. Es una catástrofe". Préval agregó que las calles de la capital estuvieron llenas de gente durante la noche por el temor a dormir en sus casas en caso de que ocurriesen nuevos temblores.
La cadena ha emitido diversas imágenes de personas que, atrapadas entre las ruinas de viviendas, solicitan ayuda a gritos y se retuercen para tratar de salir de entre lo que antes eran viviendas. Muchos de los supervivientes están utilizando neumáticos y el poco material que tienen a mano para encender fogatas con las que evitar el frío y combatir la oscuridad de la noche, ya que desde el momento del terremoto la ciudad permanece sin suministro eléctrico.
¿APOCALIPSIS SOCIAL EN HAITI? CRECE LA VIOLENCIA Y LOS TANQUES COMIENZAN A DESPLEGARSE
(IAR Noticias) 16-Enero-2010
Parece un desenlace lógico: A casi cuatro días del terremoto las víctimas (viviendo y durmiendo entre los muertos y en medio de los escombros) claman por una ayuda internacional que sólo llega en cuentagotas y la violencia social comienza a extenderse peligrosamente por todo Puerto Príncipe. El gobierno de Haití calcula 140.000 muertos, y la ONU estima que el sismo afectó a un tercio de la población y que medio millón de personas se han quedado en la calle. La policía y los cascos azules de la ONU temen que las bandas armadas que pululan por la ciudad detonen un estallido social generalizado que deje a la capital haitiana fuera de control. Con la excusa de brindar ayuda humanitaria, EEUU envió una flota nuclear para rodear a Haití con un anillo de seguridad militar en prevención de los posibles (y previstos) brotes de violencia que amenazan con extenderse a todo el territorio haitiano.
Una última información de Reuters, citando como fuente a un funcionario gubernamental de alto rango, consigna que las autoridades de Haití han sepultado 40.000 personas, y estiman que otras 100.000 podrían estar muertas.
Aramick Louis, secretario de Estado de Seguridad Pública, también dijo que pandillas habían comenzado a tomar las calles y que la mayor preocupación del Gobierno era un posible estallido de violencia generalizada.
Según relata un corresponsal del diario El Mundo de España, el viernes tanques de la ONU comenzaron a desplegarse por Puerto Príncipe donde rodean el palacio presidencial y los edificios públicos.
En medio de temores de que el malestar local y la frustración por el retraso de la asistencia pueda transformarse en violencia, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, dijo el viernes que salvo algunos robos de comida y agua y algunos saqueos menores la situación de seguridad en Haití sigue siendo "bastante buena".
P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, comentó que la distribución de asistencia debería mejorar. Sin embargo, el aeropuerto de Puerto Príncipe tiene una capacidad limitada y el puerto aún está inutilizable, según consigna un corresponsal de Asociatted Press.
Mientras tanto, el Pentágono informó que la llegada el viernes de su portaaviones nuclear USS Carl Vinson con 19 helicópteros, podría abrir un segundo canal significativo para entregar asistencia.
Según desliza The Washington Post, el verdadero objetivo de la flota norteamericana es rodear a Haití con un anillo de seguridad militar en prevención de los posibles (y previstos) brotes de violencia que amenazan con extenderse a todo el territorio haitiano.
Panorama desolador
En Haití, casi 96 horas después del terremoto, no hay electricidad, no hay agua, no hay medicina, no hay comida, los heridos se desangran sin atención en los hospitales colapsados.
Un taxista haitiano citado por la agencia EFE piensa que "esto se está poniendo peligroso por momentos. La gente ha empezado a robar, no quiero ni imaginar cuál puede ser la situación dentro de un mes".
Andy Gallagher, uno de los corresponsales de la BBC en Puerto Príncipe, indicó que no se ve en el terreno ningún indicio de que exista un esfuerzo organizado por coordinar la ayuda.
Gallagher agregó que las voces que se escuchaban entre los escombros ya se han callado y que la desesperación se extiende entre los haitianos que preguntan constantemente cuándo los van a socorrer.
De hecho, muchas personas están intentando desenterrar a los atrapados con sus propias manos ante la escasez de maquinaria para extraer los cadáveres.
Miles de haitianos heridos o sin hogar durmieron en las calles por tercera noche consecutiva y pedían ayuda el viernes, mientras el mundo aceleraba el envío de asistencia para evitar que los sobrevivientes pasen de la desesperación a la ira, señala el corresponsal de El Mundo.
Supervivientes andrajosos elevaban sus brazos a reporteros extranjeros en las calles, rogando por agua y comida, dice el corresponsal de Reuters
"Ríos de personas discurren entre los escombros que ha dejado el sismo, montañas de basura y caudales de aguas negras, aunque éstas dos últimas siempre han sido parte del panorama urbano de Puerto Príncipe", apunta por su parte un corresponsal de la BBC.
"El éxodo discurre por encima de cadáveres. Es incontable la cantidad de cuerpos que están colocados a la vera de los caminos. Algunos pudorosamente tapados con mantas. Pero otros ni siquiera pudieron contar con ese detalle póstumo", añade.
Según el corresponsal, los cuerpos fueron extraídos de los escombros por socorristas improvisados y dejados allí, quizá con la esperanza de que alguien pasara a recogerlos. Pero han transcurrido ya tres días y el hedor empieza a hacerse insoportable.
Gobiernos de todas partes del mundo están enviando suministros de ayuda y equipos médicos tras el terremoto del martes en la nación caribeña, la más pobre del hemisferio occidental, señala un corresponsal de Reuters.
Sin embargo, los enormes obstáculos logísticos y la magnitud de la destrucción impiden que la ayuda llegue a cientos de miles de víctimas, agrega
Según la agencia AFP, en un supermercado destruido, decenas de personas registraban los escombros para intentar alcanzar la comida que quedó enterrada tras el temblor. Justo afuera del barrio bajo de Cite Soleil, personas desesperadas rodeaban una tubería de agua rota, empujándose para beber o llenar baldes.
Algunos haitianos desesperados bloquearon el jueves las calles con barricadas de cadáveres en un sector de Puerto Príncipe para pedir que la ayuda llegue más rápido, dijeron testigos.
Trabajadores de asistencia comentaron que estaba llegando algo de ayuda a las personas, pero de forma caótica, y dijeron que se necesita más coordinación de forma urgente.
"Alguna ayuda está llegando, pero no a muchas personas", dijo Margaret Aguirre, alta funcionaria del Cuerpo Médico Internacional citada por EFE.
El experto de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) Mark Katz, le dijo a la BBC que hay algunos equipos en el terreno que tienen maquinaria pesada para levantar escombros pero se necesita mucho más.
El testimonio del alto funcionario de Naciones Unidas (la institución madre de la coordinación de ayuda internacional) ilustra por sí sola lo que ya es una realidad: EEUU y las potencias centrales carecen de planes estratégicos para enfrentar las contingencias catastróficas mundiales como la que está sucediendo en Haití, que supera cualquier estimación numérica en la historia de las catástrofes naturales para un solo país.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimó que la cantidad de víctimas fatales podría ser de 50.000 a 100.000, superando cálculos anteriores de la Cruz Roja en Haití que había indicado hasta 50.000 muertos.
"Varias fuentes están estimando las cifras entre 50.000 y 100.000", dijo a Reuters Jon Andrus de la OPA, la rama americana de la Organización Mundial de la Salud.
"Un brote de diarrea podría ser un gran problema y esa es la razón por la que el agua es prioridad", subrayó. Los heridos también son vulnerables al tétano, según Andrus, y la vacunación contra la enfermedad ha sido insuficiente en el empobrecido país.
La ONU hizo este viernes un llamado para recaudar 560.000 millones de dólares (casi 390.108 millones de euros) para ayudar a las víctimas del terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter que se produjo el martes en Haití.
Naciones Unidas calcula que el sismo afectó a un tercio de los nueve millones de personas que viven en el país caribeño y ha destruido un 10 por ciento de los edificios de Puerto Príncipe, dejando a 500.000 personas sin hogar. Además, muchos se han tenido que desplazar para huir de la devastación.
La mitad de los fondos solicitados por la ONU se destinarán a ayuda alimentaria de emergencia y el resto a sanidad, agua, servicios sanitarios, nutrición, pronta recuperación, educación de emergencia y otras necesidades básicas, según precisó el Centro de Noticias de la ONU.
Muchos de los supervivientes tienen heridas graves, incluidos graves traumatismos y miembros machacados, lo cual hace que la ayuda médica sea una de las necesidades más inmediatas, junto a la ayuda alimentaria, el agua y el materia de refugio.
EN HAITI LOS VIVOS DUERMEN ENTRE LOS MUERTOS Y LA AYUDA LLEGA CON CUENTAGOTAS
(IAR Noticias)
En Haití, más 72 horas después del terremoto, no hay electricidad, no hay agua, no hay medicina, no hay comida, los heridos se desangran sin atención en los hospitales colapsados, y los vivos deambulan sin rumbo mientras la ayuda internacional no llega. EEUU y las potencias utilizaron más de US$ 40 billones para salvar a los banqueros y al sistema financiero internacional de la crisis. Comparado con esa cifra, lo que requieren las víctimas de Haití es menos que una moneda. No obstante, la ONU y los países centrales todavía no han conseguido organizar y coordinar un plan global de ayuda y salvataje de las víctimas (más de un tercio de la población haitiana).
Mientras las redes sociales se movilizan, las potencias y susinstituciones "estudian" la ayuda.
La ayuda humanitaria para Haití ha comenzado a llegar a cuentagotas tras el sismo de 7.0 grados en la escala de Richter que se registró el martes en ese país y que se teme ha dejado al menos 50.000 víctimas y devastación generalizada, informa la cadena BCC a través de sus corresponsales.
Los primeros equipos de rescate que se han desplegado provienen de China, Francia, España y los Estados Unidos. Los más de 300 médicos cubanos que se encontraban en el país antes del terremoto han estado tratando a los sobrevivientes en hospitales improvisados.
Sin embargo, Andy Gallagher, uno de los corresponsales de la BBC en Puerto Príncipe, indicó que no se ve en el terreno ningún indicio de que exista un esfuerzo organizado por coordinar la ayuda.
Gallagher agregó que las voces que se escuchaban entre los escombros ya se han callado y que la desesperación se extiende entre los haitianos que preguntan constantemente cuándo los van a socorrer.
El experto de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) Mark Katz, le dijo a la BBC que hay algunos equipos en el terreno que tienen maquinaria pesada para levantar escombros pero se necesita mucho más.
De hecho, corresponsales dijeron que ante la escasez de maquinaria, muchas personas están intentando desenterrar a los atrapados con sus propias manos.
Llegar a las poblaciones aisladas es una tarea difícil, señaló Katz.
"Hay aviones que están aterrizando en Haití pero lo hacen bajo control manual. A pesar de este obstáculo, la misión de la ONU en Haití ha organizado a los cascos azules que están desplegados en el aeropuerto, hay mucha gente asistiendo en el manejo de los aviones que están llegando", afirmó Mark Katz .
El experto le dijo a la BBC desde Ginebra, Suiza, que la coordinación es un aspecto crítico en este tipo de situaciones y la prioridad es contar con una mayor cantidad de personal en el terreno capaz de asistir en la organización de la ayuda humanitaria.
Katz recordó que como resultado, aquellos que normalmente están encargados de coordinar los esfuerzos internacionales tienen dificultades, sobre todo porque tampoco están funcionando los medios de comunicación.
Sin embargo, según el experto, se está movilizando todo lo posible a favor de la población de Haití y mucha asistencia internacional ha sido enviada. La mayoría implementada por organizaciones privadas.
En efecto, "muchas organizaciones están respondiendo", señaló David Loyn,
corresponsal de Desarrollo Internacional de la BBC que acompaña a un equipo de rescate británico en la zona.
"Pero con la ONU devastada, la capacidad para la organización de los rescates se ha debilitado aún más en un país que ya carecía de coordinación incluso en sus mejores momentos", agregó el experto Katz .
"Experiencias anteriores, como la del tsunami asiático (de 2004), demostraron que gran parte de la asistencia puede desperdiciarse si diferentes organizaciones hacen el mismo trabajo", explicó por su parte David Loyn.
"Muchas vías quedaron abiertas y la gente está aislada, incomunicada. Sin embargo, hay helicópteros que están siendo movilizados y gente que está siendo enviada desde países vecinos como desde la República Dominicana, que ya tiene un equipo de búsqueda y rescate en el terreno. Algunos llegan por tierra, otros lo están haciendo por aire", expresó por su parte el experto de la Oficina de Naciones Unidas.
En términos de la operación, el funcionario (denotando la falta de coordinación e intercambio de información) dijo desconocer cuántas personas han podido ser rescatadas. Esto debido a que la operación internacional es una de apoyo a los esfuerzos que los propios equipos haitianos llevan a cabo.
Se trata de un panorama abrumador en este momento, pero se han instalado centros médicos en campamentos de emergencia, indicó.
"La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, así como diversas organizaciones médicas están enviando suministros y equipos", agregó.
"Las prioridades son en primer lugar sacar a la gente de los escombros, dentro de las operaciones de búsqueda y rescate, y brindar atención médica a las víctimas", reiteró el experto de la ONU.
El testimonio del alto funcionario de Naciones Unidas (la institución madre de la coordinación de ayuda internacional) ilustra por sí sola lo que ya es una realidad: EEUU y las potencias centrales carecen de planes estratégicos para enfrentar las contingencias catastróficas mundiales como la que está sucediendo en Haití, que supera cualquier estimación numérica en la historia de las catástrofes naturales para un solo país.
En tanto los líderes mundiales, las potencias y sus instituciones, se demoran en demagógicas "solidaridades discursivas" o en burocracias confusas, los más de tres millones de haitianos reclaman desesperadamente ayuda para su supervivencia inmediata en medio del caos y el infierno.
Y todavía no vimos lo peor de esta falta de planificación y de organización solidaria oficial, de acuerdo con experiencias anteriores como el tsunami asiático y el propio Katrina en EEUU.
LOS OBJETIVOS:EEUU COMIENZA UN DESEMBARCO MILITAR EN HAITI
(IAR Noticias)
El portaaviones nuclear Carl Vinson ya está en las costas haitianas
Para EEUU la catástrofe de Haití es un polvorín, no por la amenaza que representaría un posible estallido social para su sistema de seguridad, sino por la ubicación estratégica que reviste el país devastado dentro de su dispositivo imperial de control y dominio en América Central y el Caribe. La decisión de Washington de desplegar unidades y tropas especiales y una flota nuclear (invocando "ayuda humanitaria") implica una virtual ocupación militar de Haití, entre cuyos objetivos hay uno que sobresale nítidamente: Reemplazar a los Cascos Azules de la ONU y constituirse en única autoridad militar con un control directo sobre el gobierno de Haití. En otro juego de piezas EEUU (utilizando Haití) busca afianzar su hegemonía de potencia nuclear en el Caribe y en Centroamérica con la vista fija en un objetivo de máxima: Chávez y su alianza estratégica militar con el eje Rusia-China-Irán.
Además del crecimiento meteórico de los saqueos y de la violencia social en las últimas horas, las advertencias del gobierno haitiano son contundentes: Si no se atiende en forma inmediata a las necesidades de supervivencia de las víctimas, el país se encamina hacia un estallido social de consecuencias imprevisibles.
En la misma apreciación coinciden la ONU, la Cruz Roja, y, en general, todos los corresponsales y las organizaciones internacionales que actúan en el área del desastre. No obstante, nada indica que esa operación de rescate y ayuda coordinada internacional pueda producirse en lo inmediato, lo que torna a Haití en una verdadera "olla de presión" social con bandas armadas incentivando y multiplicando la rebelión por todo Puerto Príncipe.
En este escenario, y de aquí al lunes, el Pentágono inició una operación militar en alta escala para rodear y ocupar Haití dentro de un anillo de "seguridad nuclear" bajo el (absurdo) argumento justificatorio de brindar "ayuda humanitaria" a las víctimas de la catástrofe.
Antes del lunes EEUU despachará una flota a Haití, compuesta por buques, submarinos, aviones y helicópteros (la mayoría dotados con poder nuclear), e incrementará la presencia militar norteamericana de 1.000 a 10.000 soldados, según informó el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.
Mientras tanto, el Pentágono informó el viernes de la llegada de su portaaviones nuclear USS Carl Vinson, con 19 helicópteros y fuerzas especiales que desembarcarán en las áreas de catástrofe.
De acuerdo con lo informado por Mullen, la misión del Carl Vinson es estrictamente "humanitaria" ya que cuenta con una capacidad de 51 camas de hospital, tres salas de operaciones quirúrgicas, y la capacidad de producir cientos de miles de litros de agua potable al día.
El absurdo de esta afirmación consiste en que este "equipamiento médico" metido dentro de un portaaviones nuclear es inconsistente con las necesidades masivas de atención de las víctimas haitianas (heridos sin atención) que suman decenas de miles por toda la zona devastada.
Según al CNN, una compañía de la 82 División Aerotransportada de EEUU, formada por unos 100 soldados, se encuentra ya en Haití preparando el campamento para la llegada durante el fin de semana, del resto de la brigada (unos 3.500 soldados de fuerzas especiales).
Ante la suspicacia internacional que despertó este virtual dispositivo de ocupación militar de Haití (escudado en la "ayuda humanitaria") Obama y los jefes del Pentágono salieron a aflojar tensiones.
Curiosamente, Obama realizó el anuncio el despliegue militar como una "misión humanitaria" coordinada con el gobierno de Haití, rodeado de sus principales asesores militares.
"Esta mañana he conversado con el presidente Préval de Haití", señaló el viernes Obama a la prensa. "Como otros muchos haitianos, el presidente ha perdido su hogar, y su Gobierno está trabajando en unas condiciones extremadamente difíciles", añadió. En consecuencia, "como vecinos y amigos de Haití", Obama dijo haber prometido a su homólogo "el pleno apoyo del pueblo norteamericano" en la recuperación del devastado país.
En medio de temores de que el malestar local y la frustración por el retraso de la asistencia pueda transformarse en violencia, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, dijo el viernes que salvo algunos robos de comida y agua y algunos saqueos menores la situación de seguridad en Haití sigue siendo "bastante buena".
P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, comentó que la distribución de asistencia debería mejorar. Sin embargo, el aeropuerto de Puerto Príncipe tiene una capacidad limitada y el puerto aún está inutilizable, según consigna un corresponsal de Asociatted Press.
El jefe del Pentágono, Robert Gates, dijo por su parte a la prensa que el pueblo haitiano sentía el despliegue como "un alivio". Bajo esa justificación, los marines estadounidenses tomaron el viernes el control del aeropuerto de Puerto Príncipe para "acelerar la ayuda humanitaria".
"No creo que nos vean así", como una fuerza ocupante, dijo el jefe del Pentágono. "Dado que estamos dedicándonos a repartir agua y comida y atención médica, yo creo que la reacción (del pueblo haitiano) es de alivio, al ver que Estados Unidos les da este tipo de ayuda".
Mientras tanto una fuerza especial de la infantería de marina ya tomó el control del aeropuerto, donde se amontona un hervidero de refugiados en espera de ser evacuados, y de periodistas y de miembros de organizaciones internacionales de todo el mundo.
Los objetivos de Washington
Según desliza The Washington Post, el verdadero objetivo de la flota norteamericana es rodear a Haití con un anillo de seguridad militar en prevención de los posibles (y previstos) brotes de violencia que amenazan con extenderse a todo el territorio haitiano.
Pero hay otra razón de fondo que parece justificar el desembarco militar: EEUU (en su condición de dueño del Patio Trasero) busca imponer su hegemonía de potencia nuclear y consolidar su control en la zona de catástrofe como ya lo hizo durante el tsunami asiático.
Los objetivos pueden ser varios, pero hay uno que sobresale nítidamente: Reemplazar a los Cascos Azules de la ONU y constituirse en única autoridad militar con un control directo sobre el gobierno de Haití.
Después del golpe en Honduras, los halcones y ultraconservadores de Washington impusieron a Obama un replanteo de las relaciones estratégicas con los gobiernos de la región.
Para los halcones ultra conservadores USA (el Pentágono y el "capitalismo de guerra" del Complejo Militar Industrial) Chávez y sus aliados son la "dictadura comunista" que querían apoderarse de Honduras de la mano de Zelaya.
El golpe hondureño, en realidad, fue sólo la punta del iceberg de un proceso geopolítico militar más profundo impulsado por el poder conservador de EEUU, que intenta sustituir a una estrategia de dominio que considera "demasiado blanda" (el "sistema democrático" de poderes civiles) por una alternativa de mayor control militar de la región adaptado a las crisis y a los conflictos intercapitalistas que se avecinan en el planeta.
Los conservadores (demócratas y republicanos) y los halcones militaristas que controlan los resortes de decisión del Pentágono y del Complejo Militar Industrial (capitalismo de guerra), están convencidos de que las políticas de "diálogo y tolerancia" que propicia Obama conducen a una pérdida del poder militar de EEUU y a una fortificación de sus enemigos situados en el "eje del mal".
La reactivación de la IV Flota USA patrullando aguas latinoamericanas fue una señal clara -dicen expertos regionales- de que EEUU está lanzando una señal preventiva a quienes se atrevan a poner los pies sobre los recursos estratégicos de la región (petróleo, agua potable y biodiversidad) que considera como suyos.
Enmarcado en estos hechos, el Pentágono y el Departamento de Estado ven como "potencial peligro" (con posibles ramificaciones en otros países) el desembarco comercial-militar del eje Rusia-China-Irán en América Latina utilizando a Venezuela como plataforma.
Expertos que manejan información confidencial en Washington vienen advirtiendo que las claves del golpe de Estado en Honduras y el incremento de la presencia militar USA en Colombia (bases militares) se encuentran en la creciente influencia (militar y comercial) rusa-iraní en América Latina y en su alianza estratégica con Venezuela.
La "cumbre" Medvedev-Chávez, a fines del año pasado, formó parte del decorado de una estrategia para integrar a Chávez como nuevo jugador en el tablero de la "guerra fría" Washington-Moscú, donde América Latina y la región petrolera del Caribe se convierten en un nuevo posible escenario de la guerra por el control de la energía entre Rusia y EEUU.
En ese escenario, los halcones del Pentágono y del Departamento de Estado (que manejan las políticas militares y las hipótesis de conflicto externo de Washington) no miran ni analizan a Chávez desde una perspectiva exclusivamente latinoamericana.
El presidente venezolano mantiene una alianza estratégica (de orden comercial y militar) tanto con Irán como con Rusia y China, potencias capitalistas emergentes que compiten con el eje USA-UE por el control de las redes energéticas y las reservas petroleras del triángulo Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente, en una versión aggiornada de la "guerra fría" por áreas de influencia, esta vez protagonizada a niveles intercapitalistas.
Esto convierte al Caribe (con Haití adentro) en una región de alto voltaje en la resolución de la guerra fría por recursos estratégicos y energía que mantienen las potencias por su supervivencia futura.
En este escenario, la preocupación central del Pentágono es el despliegue de aviones, barcos y submarinos nucleares rusos en el Caribe, muy cerca de las principales reservas de petróleo y de recursos de biodiversidad en América Latina.
Aquí es donde Chávez (a pesar de su sociedad comercial estratégica con USA) se vuelve "rojo, rojito", al convertirse en el trampolín de Moscú en el patio trasero.
¿Y como cierra la catástrofe haitiana y el desembarco militar norteamericano en este escenario?
Muy sencillo: La ocasión hace al ladrón, y la catástrofe haitiana brinda a EEUU la posibilidad de reconvertir a Haití en un nuevo portaaviones terrestre para sus fuerzas de despegue rápido en la convulsa región centroamericana y caribeña.
A esto (y siguiendo una vieja técnica imperial de disfrazar la ocupación con una causa moral) la Casa Blanca y el Pentágono llaman graciosamente "misión humanitaria en Haití".
HAITI Y LA HORA DE LOS ZOMBIES QUE MIRAN TELEVISION
(IAR Noticias)
Cadáver de un niño haitiano arrojado en un hospital
Para los niños "informatizados" que juegan a las muñecas con los SMS, para las multitudes que lloran y se conmueven con los ídolos televisivos, para los jóvenes transculturizados con música fashion y cultura tecnotrónica, para las mayorías planetarias "programadas"
a diario con individualismo y sociedad de consumo, Haití es solo un punto indiferente en la pantalla del TV.
Si alguien creía haberlo visto todo con las masacres israelíes en Libano y Gaza, o con los exterminios estadounidenses de civiles en masa en Afganistán, Irak o África, estaba equivocado. Haití superó todo lo que una mente puede imaginar.
Ya no se trata de bombardeos selectivos o de masacres militares masivas, se trata de algo peor: La indiferencia masiva (nivelada a escala planetaria) ante la muerte y el sufrimiento de seres humanos.
En solo minutos, un Apocalipsis natural se abatió sobre Haití y enterró entre los escombros a más 50.000 personas (que pueden ser cien mil) convirtiendo a ese país en un cementerio a cielo abierto.
Decenas de miles de cuerpos humanos, de niños, ancianos, mujeres y adultos, permanecen desmembrados, ensangrentados, muertos o agonizando sin atención médica, con dolores, con sufrimiento extremo, mientras los que quedaron vivos y lo perdieron todo deambulan como zombies entre los cadáveres y las ruinas de un país devastado.
Los testimonios de los corresponsales son escalofriantes: "El suelo está lleno de muertos... y a la gente no le importa". En el Haití fantasma (donde Hollywood y la ciencia ficción se quedaron sin argumento), mientras los vivos duermen entre los muertos, o mientras la víctimas arman barricadas con cadáveres para protestar por la falta de ayuda, el mundo no se detiene. Niños, mujeres, hombres, de la misma especie, con el mismo cuerpo, con las mismas vísceras, con la misma capacidad de sentir y de pensar, continúan indiferentes con su rutina.
Para los niños "informatizados" que juegan a las muñecas con los SMS, para las multitudes que lloran y se conmueven con los ídolos televisivos, para los jóvenes transculturizados con música fashion y cultura tecnotrónica, para las mayorías planetarias "programadas"
a diario con individualismo y sociedad de consumo, Haití es solo un punto indiferente en la pantalla del TV.
¿Por quién doblan las campanas?
Doblan por una humanidad que se ha quedado (masivamente) sin sentimientos ante la muerte y el martirio de un semejante.
Doblan por la "población sobrante" de Haití, y por las muchas que vendrán detrás de Haití.
Doblan por el discurso decadente y vacío de los políticos mundiales
y de los banqueros que han convertido al planeta en un gran cajero automático.
Doblan por un sistema (el capitalismo) que ha convertido (y nivelado) a los seres humanos en una manada electrónica solo destinada a dos funciones básicas: Consumir y elegir presidentes.
Doblan por la decadencia (de un sistema que agoniza sin morirse del todo), y por el fin de las utopías y de las causas revolucionarias transformadoras.
Doblan por los zombies: Por los de Haití, y por los del resto del mundo, que también caminan, sin rumbo, entre la muerte de las rutinas cotidianas y de las vacaciones.
Doblan por los que creen (de buena fe) que van a cambiar el mundo (criminal y depredador del sistema capitalista) sentados frente a la computadora.
Las campanas de Haití doblan, en fin, por todos nosotros.
VIDEOS DEL TERREMOTO EN HAITI, HAARP Y EL NWO
http://www.youtube.com/watch?v=krA81QEJNpo
http://www.youtube.com/watch?v=sL4BZhRVW-I
http://www.youtube.com/watch?v=kmLEnf3Q4dM
http://www.youtube.com/watch?v=BR6O3kJTqaI
http://www.youtube.com/watch?v=NAwH84vKF0A
http://www.youtube.com/watch?v=xhJfkh0e3l0
FOTOS DEL TERREMOTO EN HAITI
http://www.abc.es/multimedia/fotos/internacional/tierra-tiembla-haiti-49397.asp
http://www.abc.es/multimedia/fotos/internacional/desastre-haiti-49401.asp
http://www.abc.es/multimedia/fotos/internacional/tragedia-haiti-vista-desde-49454.asp
http://www.abc.es/multimedia/fotos/internacional/haiti-tragedia-desde-aire-49451.asp
http://www.abc.es/multimedia/fotos/internacional/espana-vuelca-ayuda-damnificados-49490.asp
MULTIMEDIA DEL TERREMOTO EN HAITI
http://www.elmundo.es/albumes/2010/01/14/terremoto_haiti/index.html
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